Roma se
fundó alrededor del 800 A.C. y cayó en el 476 D.C., duró mucho más que
cualquier otro imperio occidental. En esos 1200 años fue, sucesivamente, Reino,
República e Imperio. Iba desde Siria a Portugal y desde Inglaterra a Egipto. En
su mejor momento más de 300.000 Km. de
calzada romana recorrían Europa, muchas de las modernas autopistas de la UE
siguen los trazados del viejo empedrado. Hay puentes y cloacas romanas que
todavía están en uso, ellos hicieron los canales que irrigan los viñedos
franceses y se ocuparon de que todas sus ciudades tuvieran agua corriente.
Pensar en
Roma como una dictadura fascista, gobernada por tiranos opresores, corruptos e
impiadosos que comandaban hordas
sedientas de sangre de asesinos con armaduras, es una visión “moderna”, “hollywoodense”
diría. No porque los romanos fueran todos demócratas y amos amables, sino porque no eran
estúpidos, porque no puede juzgarse el pasado con valores del siglo XXI, porque utilizaron
los mismos métodos que antiguas y reientes expansiones imperialistas y porque toda realidad es siempre
más complicada que cualquier resúmen.
La expansión y la pervivencia de Roma se basó en tres factores:
- · El ejército
- · La cultura
- · La burocracia.
El ejército
romano, a partir de las reformas del Cónsul Mario en el siglo II AC, fue la más
formidable máquina de guerra del mundo antiguo, un legionario era un soldado
profesional y voluntario, bien entrenado, bien equipado y MUY disciplinado. Casi
todas las batallas de conquista fueron libradas en inferioridad numérica, a veces
apabullante. En tiempos de paz drenaron pantanos, construyeron pueblos, viaductos, baños, acueductos, alcantarillas,
puertos, túneles, y diques; y es que lejos de la guerra, los ingenieros
militares se convertían en ingenieros civiles y cada soldado era un albañil.
La cultura
iba mucho más allá de los discursos de Cicerón o las comedias de Plauto, ni
siquiera estaba condicionada por el latín, fuera de Italia los romanos hablaban
griego, como casi todos en Europa y el cercano Oriente (recordar que los evangelios
se escribieron en griego). El latín era parte de la romanización, cuando cayó
el imperio y las provincias quedaron incomunicadas, el latín dio origen a idiomas
locales, así nacieron el portugués, el gallego, el catalán, el castellano, el
francés, el italiano, el rumano y otras lenguas. Pero, decía, la cultura iba
más allá, el derecho romano aún se estudia, la tributación de impuestos, la
libertad de cultos (mientras pagaras los mencionados impuestos), las
inversiones, la educación, los ideales republicanos, la familia como base de la
sociedad y (como no) la esclavitud formaban parte de la cultura
.
A la eficiencia
de la administración romana, casi ningún historiador la menciona, pero como
viejo burócrata reconozco cuando un sistema funciona más allá de quien encabece
el Estado. Los romanos eran maniáticos de las copias para archivo, así nos han
llegado estados contables. liquidaciones de sueldos, “despachos” de aduana,
censos, informes de funcionarios, reglamentos de pesas y medidas, edictos de
precios máximos, testamentos, transcripciones de juicios, etc.
Sobre todos
estos temas volveremos más adelante.