Estuve pensando en el equilibrio, ese que estamos obligados a mantener desde los asuntos más cotidianos hasta las decisiones fundamentales de la vida y enseguida me acordé de los griegos. Para ellos el equilibrio era bello y lo bello era bueno.
Es curioso, basta decir “los griegos” para que todo el mundo sepa de que estamos hablando, no nos referimos a los actuales habitantes, ni a los inmigrantes, ni a que “Los Griegos” es un buen nombre para una tienda.
El término evoca personajes con túnicas blancas y soldados con falditas y yelmo (al mejor estilo Brad Pitt en Troya).
Esa “instantanea” de una civilización nos coloca en Atenas en el s.V AC (la guerra de Troya fue 500 años antes), lo que se llamó el siglo de Pericles, según nos enseñaron en la escuela.
En realidad lo que podríamos llamar “actitud intelectual griega” y que fundó las bases de la civilización occidental comenzó un siglo antes del famoso gobernante y se extendió a las colonias y zonas de influencia comercial antes y durante la hegemonía romana.
La aparición de filósofos no es casual ni su tarea meramente especulativa.
La aritmética, la geometría, el álgebra, la física, eran parte de la filosofía y le deben principios básicos a tipos como Pitágoras, Euclides y Arquímedes, por nombrar a los más conocidos (pero también estaban Heron, Ptolomeo y otros “nenes” de cuidado). Fijensé que los “famosos”.lo son en cuanto nos ha tocado “sufrirlos” en el colegio.
Pero piensen en lo asombroso que resulta que gente que se iluminaba con antorchas y no tenía mucho más que lo que pudieran construir con madera, piedra, cuero, tela y 6 o 7 metales, hayan descubierto que: “el cuadrado de la hipotenusa…” o que “todo cuerpo sumergido en el agua desplaza un volumen…”.
Me emociona imaginar un tipo sentado en una piedra, rayando la arena con un palito, estoy seguro que la gente de Mileto (en la actual Turquía, creo) pasaba diciendo: “je, ahí esta el vago ése haciendo boludeces. ¡Andá a trabajar Thales!” y mientras los pescadores contaban las anchoas, el tipo descubría la proporcionalidad de los segmentos de paralelas cortadas por secantes y las propiedades de loa ángulos alternos internos, por decir algo…
Hace 2500 años un tipito que se llamaba Demócrito dijo que todas las cosas están hechas de partículas tan chiquititas que resultan invisibles y que pueden caber millones en un grano de arena, que esas partículas tienen cualidades diferentes según el elemento que forman y que son capaces de combinarse para formar otra cosa, llamó a cada “piecita” átomo, que en griego significa indivisible…repito eso fue hace 2500 años…
Otro haragán llamado Eratóstenes era cuidador de la biblioteca de Alejandría allá por el año doscientos y pico, como buen empleado público tenía mucho tiempo libre, así que se lo pasaba leyendo, entonces leyó que en determinado día del año, al mediodía, en Tebas, las cosas no tenían sombra. Semejante noticia a nosotros no nos hubiera interrumpido el comentario de “Bailando por un Sueño”, pero, como dije, Eratóstenes tenía mucho tiempo libre (y además era un poco raro ese muchacho). Así que el día indicado clavo un palito en la arena y esperó al mediodía, entonces midió la sombra, calculó el ángulo de inclinación y dedujo que el arco correspondiente era la centésima parte de una circunferencia, luego concluyó que el diámetro de la tierra debía ser cien veces la distancia entre Alejandría y Tebas y como sabía que esa distancia era 400 Km (lo habrá pensado en codos) anunció que la cicunferencia de la tierra es de 40.000 km (“anunció” es una manera de decir, se lo contó a 2 amigos. lo escribió en un papirito y lo guardó en la biblioteca). El error de cálculo (según nuestros satélites) es inferior al 15%. Tebas (de Egipto, no confundir con Tebas de Grecia) por supuesto quedaba sobre el ecuador y el día señalado debía ser el del solsticio de de verano, supongo).
Pero Eratóstenes ya tenía experiencia jugando con la sombras, aunque aquello fue más fácil, el faraón (que tampoco tenía mucho que hacer) le había apostado no-se-sabe-que a que no era capaz de medir la altura de la gran pirámide sin tocarla (los egipcios, por supuesto, no solo conocían la altura de las pirámides, conocían el teorema de Pitágoras antes que Pitágoras). Bueno el asunto es que el muchacho uso su método favorito, clavo un palo en la arena, sabiendo cuanto mide el poste midió la sombra, luego midió la sombra de la pirámide y, simplemente aplicó regla de tres.
A comienzos del s.XX se descubrieron los restos de un antiguo naufragio en la isla de Antiquitera (o Antikythira o Andikityra o Anticiterea) una islita frente a Creta (Creta = Citera, así que Anticitera no quiere decir otra cosa que “frente a Creta”). El asunto es que unos pescadores de Bob esponja (buceadores a pulmón) avisaron a las autoridades que había un barco muy antiguo hundido. Se estableció que el naufragio había ocurrido en el s. -1 unos 80 años antes del nacimiento de Cristo. Entre valiosas estatuas de bronce, joyas, vasijas con aceitunas y ánforas de vino se encontró un aparato semidestruído por el tiempo y el agua salada, lo que una vez fue un aparato de bronce con muchos engranajes se catalogó (en un alarde de creatividad) como “el artefacto de Antiquitera” y se lo mandó al depósito donde “durmió” otro medio siglo, hasta que un arqueólogo norteamericano comenzó a estudiarlo aplicó rayos x, y luego de varios años concluyó que era un instrumento de navegación, alguna especie de astrolabio primitivo que permitía saber (más o menos) la ubicación con respecto al sol y las estrellas (esto ya constituía una “revolución” en el conocimiento de las técnicas antiguas). Pero el artefacto seguía intrigando así que se lo empezó a reconstruir, en épocas posteriores ecografías descubriéndose que había estado formado por estructuras concéntricas y algunos ingenieros proyectaron los engranajes faltantes, sorprendentemente encontraron que incluía un mecanismo diferencial. (la sorpresa merece una explicación aparte, el diferencial es el mismo mecanismo que utilizan los autos para cambiar de velocidad y se creía inventado recién en el s. XVIII). Entonces aquellos que vieron amenazada su posición respecto a la ignorancia antigua llegaron a decir que el artefacto había sido echado al mar en la edad media y caído casualmente en el naufragio (semejante estupidez, no explicaba quién en la edad media conocía el diferencial ni porque las pruebas de laboratorio seguían fechando el aparato en el 1 AC). Ya comenzado el s XXI, 100 años después de su descubrimiento se han hecho algunas copias del artefacto y hace poco alguien decubrió que el diferencial aplicado a las estructuras interiores sirve para simular el movimiento de los planetas, y la luna. En definitiva el artefacto de Antiquitera es un planetario ¡!. Lo que obliga a los “expertos” a replantearse los preconceptos sobre la tecnología disponible en la antigüedad.
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Cuando era chico, tendría 12 años, deambulaba por el Parque Lezama, el parque y el Museo Histórico Nacio
nal que ocupa parte del predio, eran nuestro patio de juegos. En aquella época los caminos y canteros estaban sembrados de divinidades griegas, como describe Sábato en “Sobre Héroes y Tumbas”, y habiéndome desencontrado con mis amigos iba saliendo cuando ví que una pareja, muy joven y muy humilde (ella era apenas mayor que yo)se santiguaba y se arrodillaba a rezar ante una estatua de Palas Atenea. Fui hacia ellos para explicarles que no era la Virgen, que no debían arrodillarse, que se trataba de una antigua diosa de la sabiduría y los ejércitos. Cuando llegué me di cuenta que traían un bebé y no hacía falta ser médico para darse cuenta de que estaba muy enfermo. Así que no les dije nada, solo deseé que Minerva (el nombre romano de Atenea), la Virgen María, o quien fuera les diera una mano.
Con los años aprendí que los íconos religiosos son importantes pero no tanto como los íconos de Windows, porque la fe puede mantenerse y manifestarse sin imágenes. Me di cuenta que el Dios de barba blanca sentado en una nube, de los libros de catecismo era una representación modificada (vestida) del Zeus olímpico, que la maternidad de una virgen y la resurrección de un rey-mesías formaban parte, también, de otras creencias y aprendí una palabra nueva (para mi) sincretismo.
Es difícil saber en qué creían los griegos realmente, de algunos escritos se desprende un cierto monoteísmo, la confianza en una voluntad superior o la duda. Respetaban las imágenes de su panteón pero no eran fundamentalistas, no interpretaban literalmente los mitos y no esperaban ver a Hermes o Artemisa en persona. Los mitos servían para educar, eran como alegorías didácticas que transmitían valores que consideraban básicos en aquella sociedad, así no es casual que la Justicia sea hermana de la Memoria, ni que la Venganza sea hija de la Noche.
Estamos acostumbrados a pensar que las esculturas griegas y romanas eran originalmente tal como han llegado hasta nosotros, sin embargo no es así, estaban pintadas con colores brillantes, claro que la pintura solo podía subsistir unos cuantos años y la piedra ha durado siglos..
No sé si habrán notado que las estatuas de dioses griegos tienen rostros más bien “genéricos”, no hay rasgos marcados ni detalles y no es porque no supieran como hacerlo, (allí están los bustos de personajes reales para probarlo) Fidias y Praxíteles pueden compararse con los maestros del renacimiento. Los dioses tienen esa cara “lavada” porque estaba prohibido humanizarlos “demasiado” y utilizar modelos para sus estatuas, dado que se pensaba una pretensión escandalosa que un hombre pudiera interpretar a un dios. Sin embargo, había una vez una hetaira…Aquí es necesario hacer un alto y explicar algunos asuntos.
Hay algunos puntos de la civilización griega que causarían rechazo a nuestra cosmovisión occidental del s.XXI, uno es el sistema económico basado en el trabajo esclavo y otro la discriminación a que estaba sujeta la mujer. Una mujer no recibía educación formal, no se le enseñaba siquiera a leer y escribir, no importaba su condición social, la esposa de Pericles podía ser tan analfabeta como una esclava (en la práctica nada podía impedir que cada una aprendiera por su cuenta), les estaba vedado el ejercicio de la ciudadanía y limitada la propiedad, además las esposas no podían acompañar a sus maridos a reuniones políticas, eventos deportivos, ni banquetes. Para esto último estaban las hetairas, las hetairas eran “damas de compañía” en el sentido más amplio del término, no solo eran prostitutas de lujo eran “amigas del alma” como las califica un escritor (las simples rameras eran llamadas ªpailakas” o algo parecido).
Las hetairas se reclutaban por su belleza y recibían una educación comparable a la de un varón de buena familia. No solo sabían leer y escribir, se les enseñaba matemáticas, filosofía, política, retórica, música y danza. Si una hetaira griega viera a nuestras “divas” por tv, sentiría mucha vergüenza ajena.
La actitud misógina y machista de los griegos encontró luego refugio en la iglesia cristiana y, según algunas amigas se mantiene en Grecia y sus colonias, la costa de Turquía y el Sur de Italia. Pero vuelvo a las chicas de la antigüedad.
No recuerdo que pensador definió: “las hetairas están para darnos placer, las concubinas para los quehaceres diarios y las esposas para engendrar hijos legítimos”. Como se ve, una joyita.
El asunto es que allá por fines del s –IV y comienzos del –III, brillaba una hetaira llamada Friné, la muchacha había nacido en Beocia y los griegos hacían sobre los beocios los mismos chistes que hoy hacemos sobre los gallegos, sin embargo Friné pasaba por ser la mujer más hermosa de su tiempo, se la comparaba con Helena de Troya y además era inteligente, una mezcla explosiva en cualquier época.
Friné era amante del escultor Praxiteles (no sabemos si era “gato” o novio) y este muchacho estaba esculpiendo una estatua de Afrodita, la diosa del amor, usando a Friné de modelo (parece que la estatua era para la propia hetaira) lo que estaba, como dijimos, expresamente prohibido. Un estomago resfriado (que nunca falta) denunció a la pareja de herejes y debieron compadecer ante el tribunal de Atenas. Praxiteles contrató al mejor orador disponible, pero el delito estaba probado, entonces Friné pidió declarar, pasó al centro de la sala, simplemente dejó caer su ropa y se paseo desnuda frente a los jueces.
Mientras se secaban la baba, los jueces coincidieron unánimemente en hacer una excepción, porque Friné había exhibido los méritos suficientes para encarnar a Afrodita (Venus) sin faltarle el respeto. Le dijeron: “Bueno…esta vez pasa. Pero que no vuelva a suceder, eh” y la mandaron pa’las casas.
Este tipo de sentencia no era extraña en cortes que solían demostrar una sabiduría digna de añoranza.
Cierta vez un imbécil incendió la biblioteca de Atenas, cuando lo llevaron a juicio declaró que lo había hecho para pasar a la historia, quería que su nombre fuera recordado por cualquier motivo. Al sujeto se lo condenó al destierro y al olvido, su nombre fue borrado de todos los registros oficiales y quedó prohibido mencionarlo.
Cuando, según nos han enseñado, Arquímedes salió desnudo a la calle gritando “¡eureka!”, la gente puede haberlo mirado con una sonrisa de soslayo, pero nadie se debe haber sentido sorprendido y mucho menos ofendido por la desnudez del sabio. El cuerpo humano forma parte de la naturaleza y no cargaba en Grecia con los estigmas morales del tabú judeocristiano. La gente se vestía por vergüenza, por protección, por comodidad o (más frecuentemente) por moda, pero el desnudo era muy común en muchos ámbitos y no escandalizaba a nadie.
Cinis en griego significa perro (de allí el latín canis=can), a los filósofos cínicos, como Diógenes, se los llamaba así porque hacían en la calle todo lo que los perros hacen en la calle, remarco TODO. El cínico era un movimiento “contracultural”, “antistablishment”, sin embargo a nadie en Atenas se le hubiera ocurrido encarcelar a alguien porque tenía relaciones sexuales en la vía pública, menos aún si esa forma de vida era parte de una filosofía.
En las competencias deportivas los atletas competían desnudos (lo que hubiera generado problemas con los “sponsors”).
Como dijimos, las mujeres tenían vedada la asistencia a las justas deportivas, pero no era por la demostración de hermosos cuerpos viriles, sino para evitar preguntas como: ¿Por qué tira la jabalina tan lejos y no le pega a nadie? ¿cuándo es gol? O comentarios del tipo “mirálo a Hércules, yo lo imaginaba con los pies más grandes…”
Los juegos olímpicos eran tan importantes que el tiempo se medía en olimpíadas (el período entre un juego y otro). Así se decía que fulano había nacido en el año 3 de la olimpíada 69. Los juegos que se realizaban al pie del Monte Olimpo eran los más importantes, y estaban dedicados a Zeus, pero no eran los únicos, estaban los juegos Píticos, los juegos Itsmicos y los juegos Nemeos, todos en lugares sagrados y dedicados a alguna divinidad.
Según los historiadores el primer juego olímpico de registra en el 776 AC, en el 300 y algo un emperador romano-cristiano los prohibió como demostración de su piedad y sabiduría, pero parece que no le dieron bola y siguieron otros 50 años. Durante esos 1000 y algo de años fueron cambiando, se agregaron disciplinas, se modificaron algunos reglamentos y hasta compitieron mujeres. Pero algo permaneció, cada 4 años el mundo griego se detenía, Olimpia se llenaba de turistas, aumentaba el precio de los hospedajes y del alquiler de carpas y los vendedores ambulantes de toda la Hélade se reunía para ofrece sus productos, desde agua hasta sandalias, cerámicas y medallones recordativos. Irremediablemente la religiosidad se fue perdiendo e imagino que la ofrenda a Zeus terminó por convertirse en un tramite de rutina antes de lo que todos querían ver, las competencias. Sin embargo en Olimpia jamás se prendió una antorcha simbólica, la únicas que se encendían servían para ver qué se comía o con quien se acostaba uno. Seguramente en algún otro juego o santuario cercano se encendiera una llama en homenaje a Hera, esposa de Zeus, madre de dioses y reminiscencia de la antigua diosa-madre-tierra. Ese asunto de la antorcha llevada por un atleta a inaugurar los juegos con un fuego sagrado es un invento de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler (o de una directora de cine que trabajaba para él), con ocasión de los juegos de Berlín 1936, y no solo representa un truco publicitario sino que puede tomarse como una metáfora de la permanencia de la raza superior.
Suele repetirse por ahí que Los Juegos conllevaban una tregua en las guerras. Pero esto no era así, lo que había era un consenso general para la libertad de tránsito de quienes debían participar en los juegos, incluso si el atleta vivía en una ciudad sitiada debía recibir un salvoconducto para llegar a Olimpia.
Los ganadores olímpicos eran considerados héroes, verdaderos Aquiles contemporáneos y aunque no recibían más premio que la corona de olivo, solían volverse ricos, por la generosidad de los gobernantes (el atleta daba renombre a la ciudad), por los regalos de los admiradores y además porque era contratado para competir, asistir a eventos, cenar o participar de simpáticas orgías con personajes poderosos.
Vieron que dije corona de olivo, tal vez pensaron en un error, pero no. El premio para los vencedores de competencias deportivas era una corona de olivo, tal como se cansaron de repetir los anunciadores en Atenas 2004 ante la sordera de nuestros periodistas que se lo pasaron gritando acerca de los laureles de Ginobili y cia. Lo que pasaba es que además de competencias deportivas los juegos incluían concursos artísticos, para los artistas la corona sí era de laureles.
Esto se ha puesto un poco plomo.
Hablando de artistas no podemos salir sin nombrar al teatro griego, hubo unos cuantos escritores, demasiadas obras perdidas en el tiempo y algunas joyitas que llegaron a nosotros, la tragedia era considerada un género superior y la comedia uno inferior (igual que hoy, fíjense que jamás una comedia ganó un Oscar). Entre los dramaturgos la enciclopedia obliga a nombrar a Esquilo, Sófocles y Eurípides, y a Aristófanes como autor de comedias.
Acabo de leer en una web de cultura clásica que los personajes de Las Nubes de Aristofanes son un pobre campesino ático (de Atenas) y su hijo. Lo que me confirma que algunos críticos y profesores no han leído jamás las obras cuyas críticas firman, o cuya lectura recomiendan (lo que ha pasado con Dan Brown, el autor del Código Da Vinci, da risa, pero es tema para otro momento). Los personajes de Las Nubes son los 3 miembros de una familia padre, madre, hijo. El padre es un rico comerciante en telas que cada amanecer marcha al Pireo (el puerto de Atenas) a vigilar su negocio, el hijo es un atorrante, mujeriego, borrachin y jugador que pierde fortunas en las carreras de caballos y duerme hasta las 4 de la tarde, la madre es una señora sobreprotectora de su “bebe” al que justifica y defiende, en definitiva un tema que tiene vigencia hoy igual que hace 2500 años, la diferencia es que en la obra aparece Sócrates sentado en una nube, perorando de asuntos sin sentido para la gente.
Yendo al drama y al más grande dramaturgo, el tema preferido por Sófocles es uno muy apreciado por los griegos, como dice el tango “contra el destino nadie la talla…” esa inexorabilidad del destino es omnipresente en el pensamiento griego y creo que Edipo Rey es su máximo exponente.
“Todo el mundo” conoce la historia de Edipo y del complejo del cual es absolutamente inocente, pero la voy a repetir igual:
En la ciudad-estado de Tebas (de Grecia, no confundir con Tebas de Egipto, jaja) el rey Layo se ha casado con la muy joven y bella Yocasta (andá teniendo con el nombre!) para felicidad de todos la reina queda embarazada y el rey va a consultar al oráculo de Delfos (ya hablaremos de él) por el sexo y el futuro de su hijo (necesitaba un heredero), la pitia le dice (o le hubiera dicho, si fuera una comedia americana) que había una buena y una mala noticia, la buena era que el niño sería varón y la mala que lo mataría (al rey) y se acostaría con su madre (Yocasta). El rey, horrorizado por la profecía, decide que tal monstruo no puede vivir y apenas nacido ordena su muerte. El encargado de semejante labor no puede cumplirla y abandona al bebe colgado de los pies en un árbol, convencido de que los elementos o los animales salvajes lo liquidarían. Unos pastores (siempre hay algunos en los cuentos clásicos) encuentran al niño y lo llevan a Corinto donde es adoptado nada menos que por el rey. No recuerdo el nombre del rey de Corinto, pero la reina se llamaba Meropea, ella lo crío amorosamente y educó como propio y nunca le dijo que era adoptado Edipo (quiere decir el de los pies hinchados, la palabra debe tener la misma raíz que edema) un día visita el oráculo y este le advierte que si vuelve a su patria matará a su padre y desposará a su madre, como la única patria que conoce es Corinto decide marcharse lejos y ¿adivinen para adonde va?. No en realidad no va a Tebas sale a recorrer el país, a pie. En un camino angosto encuentra la comitiva de un personaje, discute con los guardaespaldas, en un típico incidente de tránsito:
-pasamo nosotro que vamo’ con el reinaldo
- yo soy príncipe y llegué primero –
- que vas a ser príncipe vo´ con esa facha de ratón, igual que tu vieja –
- ¡con mi vieja no te metas!-
- yo me meto con tu vieja y con la c… de tu hermana también!
- ¿vos querés que te rompa la trompa?
(hay que tener en cuenta que esta gente eran nobles de ciudades pobres en la edad del bronce).
Podrido del asunto, el personaje baja de la litera espada en mano y arremete, con tan mala suerte que Edipo lo ensarta como churrasco de croto.
Me parece que el viejo iba a buscar ayuda para luchar con la esfinge, un monstruo mitológico con cuerpo de león y cabezota humana que exigía tributo y se manducaba a los ciudadanos de Tebas. En ese camino Edipo encuentra al bicho que le hace una adivinanza, si adivinabas te dejaba pasar, caso contrario te engullía.
- ¿cuál es el animal que camina en 4 patas al alba, en 2 durante el día y en 3 al atardecer?
- El hombre, porque gatea de bebé, camina sobre sus piernas buena parte de su vida y en la vejez se ayuda con un bastón.
La esfinge furiosa se lanza al vacío, no está claro si para suicidarse o tratando de atacar a Edipo, lo cierto es que este se transforma en héroe y como salvador de la ciudad se hace acreedor a la mano de la reina viuda que (por lo menos en la película de Pasolini) estaba buenísima.
(Como verán en el afiche, en España subtitularon la película como El hijo de la fortuna, un papelón. Como subtitular a Hamlet: El Principe enloquecido y medio puto de Dinamarca que ve fantasmas.). el asunto es que Yocasta y Edipo viven felices muchos años y tienen 4 hijos. Pero un día las desgracias llegan todas juntas a Tebas y el rey Edipo vuelve a consultar al oráculo (por acá empieza la obra de Sófocles) que contesta que eso pasa porque no se hizo justicia en el asesinato de Layo. Edipo empieza a investigar el asunto y el adivino Tiresias le tira una punta. Cuando se descubre la verdad Yocasta se ahorca y su hijo-esposo se pincha los ojos con un alfiler de su vestido. Ciego se transforma en un mendigo guiado por su hija menor Antigona. Como verán Edipo no sabía que Yocasta era su madre, por lo tanto no se le puede atribuir intención y me parece de “mala leche” nombrar el complejo con su nombre. Los hijos del ex-rey ciego se pelean por el trono y la familia origina nuevas obras (7 Contra Tebas), Edipo en Colonno, y Antigona) que inspiraron incluso películas de cowboys (Los 7 Magníficos, Los 7 Samurais). Leopoldo Marechal hizo una adaptación extraordinaria Antígona Velez, donde la heroína ya no es la hija de Edipo, sino una criolla de la línea de fortines del desierto, cuyo hermano murió en un malón atacando el fuerte al lado de los indios, entonces se le prohíbe sepultar al blanco renegado y ella lucha entre el sentimiento y la obediencia a la ley. En la obra original la disyuntiva es la misma, solo que su hermano muere atacando Tebas.
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Cualquier aprendiz de modelo habla de “filosofía de vida” para decir que come lechuga y va al gimnasio 4 veces por semana, los técnicos de fútbol hablan de “su” filosofía para justificar lo mal que marcan sus muchachos o para colgar 9 monos del travesaño, cuando el granizo te rompe el auto, el techo y las plantas nunca falta alguien que diga: - Hay que tomarlo con filosofía, como si la filosofía fuera resignación. Por supuesto nada de todo eso es filosofía, aunque el ejercicio, la comida frugal, el método de trabajo y la resignación bien pueden formar parte de una corriente filosófica. La filosofía es un modo de tratar de entender el mundo, la realidad o algo parecido. Se trata de pensar sobre las cosas. La filosofía aparece en los momentos de crisis cuando uno comienza a preguntarse cosas que normalmente no se preguntaría.
En primer año tenía Introducción a la Filosofía, el titular era el Dr. Carpio, Carpio no solo fue el autor del texto de la cátedra, era una eminencia en el ámbito, daba conferencias por todo el mundo y además representaba un personaje muy querible, pero era también un bacán, sus clases se dictaban a las 4 de la tarde, cuando los que laburabamos no podíamos asistir. Así que muchos nos anotamos con el ayudante de los sábados a la mañana. El tipo, cuyo nombre me reservaré, había sido compañero de Carpio, sin embargo su carrera fue opaca y se rumoreaba que la ayudantía era un favor de su amigo porque “andaba tirado”. Según una profesora de literatura el hombre llevaba “todos los vicios tatuados en el rostro”. En sus clases se limitaba a repetir de memoria el texto del libro, así que a la cuarta clase había perdido al 50% de los alumnos. Una mañana no llegó y superada la espera reglamentaria se fueron casi todos, solo quedamos un puñado intercambiando apuntes y tomando notas perdidas durante la semana. Y “redepente” (como decía la gran Niní) llegó el profe, a quien llamaré Dante porque se me antoja, traía un brazo enyesado y el otro abrazando el maletín, unas ojeras alfonsínicas y el abrigo sobre los hombros. Según la versión oficial el hombre había sufrido un accidente doméstico, a nosotros nos parecía más poético echar a correr el rumor de que el viejo catedrático de filosofía (que mantenía la actitud de un prisionero obligado a darnos clase) había caído borracho por la escalera de algún cabaret sumergido en el centro de nuestra Babilonia.
Como decía, el hombre llegó con el sobretodo como capa, nos miró a los 8 o 10 que quedábamos y enunció (con la grandilocuencia de quien comunica oficialmente una mala nueva) “El búho de Minerva levanta las alas al atardecer” debo reconocer que mi primer (e irrespetuoso) pensamiento fue: …y mi tía tiene un loro que canta la marcha peronista.
Por suerte Dante prosiguió: el búho en cuanto atributo de la diosa representa la sabiduría. Levanta las alas al atardecer porque la sabiduría llega tarde, el búho despliega sus alas al atardecer de la vida, al atardecer de la civilización. Antes de ese momento el hombre no se ha cuestionado porque ha tenido algo en que creer, y mientras el hombre tiene algo en que creer no se hace preguntas, simplemente cree. Cree en una idea, en una ideología, en una religión, en la política, en una superstición, en un amor… pero cuando no hay en que creer llegan las preguntas, con la sabiduría, con el ocaso…desarrolló esta idea un poco más, hasta el umbral del enfrentamiento entre la ciencia y la fe, en 10 minutos, habló con pasión de las sociedades de Roma y de la antigua China replanteándose su organización demasiado tarde (por haber creído en la intrínseca grandeza de la superior civilización representada por un imperio que ya no existía), y del desengaño individual, de la desesperación, de la noche, de la soledad, luego abrazó su maletín, saludó y se fue. Nos miramos asombrados, fue, sin duda una de los mejores discursos que he escuchado. El día que el profe se apartó de los textos y se ganó un cacho de admiración. A la clase siguiente volvió a la normalidad y en algunas semanas la cátedra se quedó sin alumnos.
Volvimos a los momentos límites como origen de la filosofía, como expone Carpio en su libro, para hablar un poco de los filósofos griegos. Al final de las 586 páginas de letra apretada de la “Historia de la Filosofía Griega” de Wilhelm Capelle (en realidad la traducción del tomo IV de Geschichte der Philosophie) hay 339 entradas en el índice de nombres propios un tercio de ellas corresponden a filósofos surgidos en 10 siglos de pensamiento griego. No pretenderán las siguientes líneas ser una clase, ni siquiera una aproximación, será como jugar al francotirador para contar lo que tengo ganas de contar.
En todos los textos se menciona a los sofistas como antecesores de los verdaderos filósofos, los sofistas eran unos tipos expertos en oratoria que te enseñaban a organizar un discurso para defender cualquier cosa, por supuesto trabajaban en tribunales. Sus alumnos de retórica aprendían a defender una posición y la opuesta utilizando la misma estructura lógica ¿se entiende?. Un ejemplo Protágoras educó a un leguleyo y convino con este que recibiría su pago cuando el joven ganara su primer juicio, pero el tiempo pasaba y el muchacho no participaba en ninguna querella, así que el profe lo llevó a juicio. El novel abogado argumentó que si ganaba el juicio, la corte habría decidido que no correspondía pagar y si perdía el juicio, no pagaría porque el acuerdo previo indicaba el desembolso solo si ganaba. El maestro adujo que si su alumno perdía el juicio debía pagar por sentencia de la corte y si ganaba debía pagar porque era lo convenido… ¿está claro con la clase de gente que tratamos?.
Desconozco la fuente original de esta anécdota, está contada en muchos lugares con pequeñas variantes según las simpatías del narrador por el maestro o el alumno (fíjense que quien declara en segundo lugar parece más cerca del triunfo), tampoco conozco la decisión de la corte, aunque difícilmente los jueces se dejaran distraer del hecho de que había una tarea cumplida y una remuneración acordada, si la forma convenida de pago no resultaba aplicable, había que buscar otra. Por algo se llama sofisma a la argumentación que defiende una mentira.
En los libros después de los sofistas, vienen Sócrates, Platón y Aristóteles, los George, John y Paul de la Grecia antigua.
La descripción de Sócrates en la vejez pinta a un anciano extremadamente delgado, calvo, de ojos saltones, que recorría la ciudad a grandes pasos incordiando a la gente con preguntas. Se veía a si mismo como “un tábano en el lomo de un noble caballo”, el noble animal, claro, era Atenas. El creía que puesto que nuestra alma es inmortal deberíamos conocer todas las respuestas y que las olvidamos al nacer, pensaba que a través de un interrogatorio dirigido uno podía “recordar” la verdad y recuperar el conocimiento que nuestra alma había aprehendido. El primer paso es reconocer la propia ignorancia, por eso cuando dice “Solo sé que no se nada” no está diciendo “ya se que soy un burro”, dice que está consciente de todo lo que ignora no con relación a lo que sabe, sino a lo podría o debería saber. Fue condenado por corromper a los jóvenes, pero no en el mismo sentido que el padre Bufarra (ver Bersuit Vergaravat), sino que las acusaciones se relacionaban con la impiedad, es decir la falta de fe en los dioses y la divulgación de esa impiedad. Pudo haber evitado la condena a muerte, pero no lo hizo, se tomó la cicuta porque eso habían decidido los jueces de su ciudad, para demostrar respeto por las leyes y porque estaba harto de su esposa. Hay detalles que se omiten para mantener la dignidad del suicida, pero parece ser que uno de los efectos secundarios (aparte de la muerte) del envenenamiento con cicuta es una terrible, incontrolable y súbita evacuación de los intestinos.
Para desconcierto de un ex presidente que afirmó leer sus obras, Sócrates jamás escribió una línea, pero por ahí lo hizo a propósito, para hacer quedar mal a Carlos. Seguramente como parte de un plan ejecutado desde el gobierno… de Pericles de Atenas.
Platón, en mi modesta opinión el más “groso” como dicen los pibes, fue discípulo de Sócrates. Escribió por el y por su maestro, personaje frecuente de sus Diálogos y mucha de su obra ha llegado a nosotros. Justamente porque habló de muchas cosas interesantes (desde los sofistas hasta la Atlántida) es que resulta difícil elegir…bueno, trataremos de decir algo sobre la alegoría de la caverna y el que esté realmente interesado que empiece por Gorgias y La República.
Imaginen los habitantes de una caverna con el ingreso parcialmente tapiado. La gente de la caverna está sentada mirando la pared del fondo, de espaldas a la entrada. La vida se mueve afuera, las sombras van y vienen, y esas sombras deformadas se proyectan en la pared, ocasionalmente alguien conversa a la entrada de la gruta y entre las sombras uno casi puede adivinar los gestos. Los cavernarios construyen su idea del mundo a partir de las sombras proyectadas, elaboran teorías, explicaciones, organizan su sociedad, su educación y su ciencia en base a su conocimiento de la realidad. ¿Ok?
Bueno, Platón dice que los habitantes de la caverna somos nosotros, que nuestra percepción de la realidad es esa, parcial, deformada y de tercera mano y a pesar de todo construimos sobre ella nuestro mundo y dictaminamos lo que es, o no, verdad.
Y si uno se pone a pensar que percibimos solo una ínfima gama de las radiaciones que nos rodean, colores entre el rojo y el violeta (más allá están el infrarrojo y el ultravioleta que “crece” hasta los rayos gama) unos cuantos sonidos por debajo del “ultra” y otras cuantas limitaciones que recién comenzamos a superar, tal vez Platón tenía más razón de lo que pensaba.
Alumno de la vejez de Platón fue el joven Aristóteles, este muchacho trató de compendiar y organizar todo el saber del mundo antiguo, así que si era difícil hablar de Platón en unas líneas, resulta imposible meterse con Aristóteles y salir vivo. Solo diré un par de cosas que me gustaron de él, su idea de alma (que venía “flotando” desde Sócrates) es la que retoma el cristianismo. Le dejó a su hijo Nicómaco un tratado de ética (“Etica a Nicomáco” o “Etica Nicomaquea”) y un anécdota espectacular: cuando Filipo II rey de Macedonia fue a buscarlo para proponerle la educación del principito Alex (nada menos que Alejandro Magno) consintió en pagarle lo que el sabio pidiera, a pesar de que este le había advertido un costo altísimo. Entonces Aristóteles pidió al rey la reconstrucción de su ciudad arrasada por la guerra.

Otro individuo interesante era Parménides, la obsesión de este hombre era la Ontología, es decir el problema del ser, nada menos. El tipo había nacido en Elea, colonia griega del sur de Italia y postuló algo muy sencillo: “todo lo que es y puede ser, es El Ente. Lo que no, es el No Ente” a partir de ahí la cosa se complica miremos un cacho el No Ente.
Para facilitarnos el asunto lo asimilaremos a “la nada”, ¿cómo imagina ud. La Nada? Después de algunos segundos podrá postular, satisfecho, que imagina la nada como el espacio sideral vacío, la ausencia de luz es oscuridad, la ausencia de cualquier fuente de calor lleva al frío absoluto (para nos. -273º C) lo mejor (o peor) que uno puede pensar como la nada es ese vacío negro, helado, silencioso, interminable. ¿Ok?
No!! dirá el tano enojado, esa nada está llena de cosas, hay frio, hay oscuridad, hay silencio, hay tiempo y sobre todo hay muchísimo espacio. La nada es NADA, pero NADA de NADA ¿puede imaginarla?.
No se haga problemas, nadie puede, dice Parménides y “lo que no puede imaginarse no puede existir” solo lo imaginable existe, por lo tanto la Nada no existe. ¿quiere más pruebas? Ya que la Nada no puede originar nada, ni siquiera Nada, la Nada debería provenir del Ente, pero siendo el Ente Algo no puede generar Nada.
La única posibilidad es que la Nada sea, es que venga de “lo que es” o de “lo que no es” y si no viene de ninguno de los dos no existe. ¿Siguen alli? ¿y sus neuronas?
Por supuesto todo es más largo, elaborado y complejo, si quieren saber como sigue, agarren un libro serio, hay ediciones en griego antiguo, con comentarios en latín copiadas por árabes, ja.
Una última cosa de Parménides, el tipo decía que el Ente es inmutable, no quería decir que no cambiaba, el cambio del mundo es evidente, sino que la matería no podía crearse ni transformase en Nada. Dicho en nuestras palabras: “La masa del universo es constante”
Zenón tenía nombre de gaucho, era discípulo de Parménides y también era paisano de Elea, más cerca de Catania que de de Las Totoras. El muchacho era brillante, pero tenía algunos problemas de adaptación, se la pasaba diciendo que si Aquiles (o la liebre) le daba ventaja a la tortuga no la iba a alcanzar nunca o que las flechas no se mueven porque ocupan siempre el mismo espacio y cosas por el estilo.
Veamos un ejemplo burdo (como todos los míos); Supongamos que tengo que ir al banco que está a 2 cuadras (llamo a este segmento A-B), antes tengo que pasar por la esquina (segmento A-C) y antes por mitad de cuadra (segmento A-D), antes aún por el quiosquito que está a 4 casas (A-E) y así hasta el infinito. En cada segmento hay una cantidad infinita de puntos, por lo tanto puedo dividirlo en una cantidad infinita de segmentos (¿estamos todos de acuerdo?). Bien . Para moverme de un segmento a otro necesito una cantidad de tiempo, por pequeño que sea el segmento requerirá una cantidad, aunque sea ínfima, de tiempo. Pero dado que los segmentos son infinitos, necesitaré una cantidad infinita de tiempo para moverme hacia cualquier lado. Por lo tanto el movimiento es imposible. Dijo Zenón y salió con paso de murga a comerse unas uvas.
¿qué pasó? Releanlo. Encontrar el “error” de Zenón no es tan difícil.
Contemporáneo de Parménides fue Heráclito de Éfeso (este turco es, para mi, el cuarto Beatle). En esa zona del Mediterráneo, suele cambiar hasta el paisaje por volcanes y terremotos, cambiaba el suelo, el mar, las plantas, los animales, la gente, la vida moría y la muerte generaba vida. Al igual que cualquier borracho de bodegón dijo. Todo cambia… pero agregó “lo único constante es el cambio” y “No nos bañamos dos veces en el mismo río”. Porque la segunda vez el río no es el mismo, aunque pase por el mismo lugar (o casi), porque el agua no es la misma, la arena del fondo se ha movido y hasta las piedras que te pinchan las patas han venido, provisoriamente a ocupar ese lugar. Pero además nosotros tampoco somos los mismos, no solo porque nos ha crecido el pelo, las uñas y hemos reemplazado algunos millones de células aquí y allá. Nosotros no somos los mismos porque nos han pasado cosas, experiencias que insignificantes o serias algo han cambiado en nosotros.
Parafraseando a Heráclito escribí una vez “No nos reflejamos dos veces en los mismos ojos” me pareció mucho más poética que la versión de un amigo “No nos limpiamos dos veces el mismo culo”.
A quien lea esto quiero pedirle un favor, la próxima vez que escuchen a Debora del Corral hablar de su “filosofía” de juntar animalitos o a Menotti de su “filosofía” de mirar el arco de enfrente o a cualquiera hablando de sus asuntos (iba a decir giladas) como si fuera filosofía, háganle así con los dedos, no así no, así… y recuerden las cosas de las que hablaban estos tipos hace 25 siglos.
Algunos asuntos sagrados
Todos quienes leen esto seguramente conocen del panteón griego más de lo que creen, allí en la cima del muy real Monte Olimpo (2918 m, un granito en nuestra cordillera) habitan la mayoría de los dioses.
Kronos (Saturno) era el Titán padre de Zeus que habitaba el Olimpo antes de la época de los dioses, Zeus encabezó una rebelión de la que participaron sus hermanos Hades-Plutón y Poseidón (Neptuno para los romanos), Cronos se devoraba a sus hijos (¡qué barbaridad!, piensa uno) y lo sigue haciendo. Porque Kronos era el tiempo, quiero decir El tiempo y no conozco algo que haya sobrevivido al tiempo, todos somos hijos del tiempo y nadie ni nada puede escapar a las fauces de Cronos, de su nombre derivan: cronometro, cronograma, cronología y los demás cronitos.
Zeus (Júpiter) era el menor de los tres hermanos que se sortearon el universo al fin de la rebelión. A Hades le tocó el inframundo a Poseidón el mar y a Zeus el cielo, su esposa era Hera (Juno). Algunos chicos: Atenea (Minerva), Afrodita (Venus), Artemisa (Diana), Febo-Apolo, Ares (Marte), Hermes (Mercurio), Dionisos (Baco) y Efestos (Vulcano). Había divinidades de segundo orden como Vesta/Hestía, Deméter/Ceres, Asclepios/Esculapio que tenían importancia para la vida cotidiana y había ninfas, sátiros, héroes, semihéroes, titanes, sirenas, minotauros, centauros, nereidas, esfinges, gorgonas, hidras, cíclopes, harpías y otros muchos seres de dudosa idiosincrasia.

Ya dijimos algo de cómo tomaban los griegos la religión, para los romanos todo era un poco distinto, pero lo veremos en otro momento. Voy a apuntar a algunas cosas curiosas, o que a mi me gusta resaltar.
Sobre el culto a Dionisos no se encuentra mucha información explícita, lo cierto es que una vez por año sus seguidoras, las Ménades, participaban de una tremenda orgía.
Dionisio era el Baco de los romanos, dios del vino, su fiesta en Roma era la bacanal y en honor a sus festejos se deriva el sinónimo de fiesta orgiástica.
Parece que las chicas se comían unos hongos, aspiraban laurel, se tomaban unos vinos, salían al campo como locas y si te agarraban te destrozaban, esto no es una metáfora de connotaciones sexuales del tipo “matame mamita”, te destrozaban literalmente. Cazaban animales a mano limpia y parte del rito consistía en matar a un toro a mordiscones y beber su sangre (no, no estoy jodiendo, mataban un toro con los dientes y las uñas). La imagen de las salvajes e incontenibles bacantes (versión latina de las ménades) con sus túnicas blancas y las bocas chorreando sangre, sirvieron a la leyenda del vampiro, y si no están de acuerdo, piensen en las amantes de Drácula...
Los mitos relacionados con la muerte son más interesantes y complejos que los judeocristianos a los que estamos acostumbrados.
Las Parcas eran 3 hermanas vestidas de blanco Cloto hilaba la existencia de los mortales, Láquesis medía el hilo de la vida con una regla y Atropo lo cortaba cuando llegaba el momento exacto, no importaban las circunstancias, ni antes ni después, Atropo nunca fallaba.
El mundo de los muertos era subterráneo, un río, el Estigia (río del odio) separaba los mundos. El alma del fallecido cruzaba con ayuda del barquero Caronte, que las esperaba para llevarlas en su barca, pero Caronte cobraba, el alma que no tenía como pagar estaba destinada a vagar en esta orilla del río, por eso los griegos ponían una moneda en la boca del difunto para el pasaje, de allí se derivan tradiciones posteriores como poner monedas sobre los ojos del muerto (2 monedas, por si tenía que volver), una bolsita de monedas entre las pertenencias y cosas así; desde la otra orilla del río, la del mundo de los muertos nadie vuelve.
No hay unanimidad sobre la geografía del hades, pero trataremos de unificar versiones y seguir en todo lo que tiene que ver con mitos a Robert Graves.
Borges decía que el cielo y el infierno cristiano se le ocurrían demasiado premio y demasiado castigo para los modestos méritos humanos
La morada de los muertos griegos era más “borgeana”, básicamente lugares agradables o espantosos donde pasar la eternidad.
En el inframundo hay 2 regiones principales: Los Campos Elíseos, modestamente parecidos a nuestro Edén de Adán y Eva, donde van las almas de los justos, los buenos, los valientes, los piadosos y estaba Tártaro, a veces también llamado Erebo, aunque Erebo era más bien el aire o las tinieblas de las regiones infernales. Tártaro era la versión griega del infierno, con lava ardiente, llamaradas, gases pestilentes y toda la clase de desastres ecológicos que un volcán pueda inspirar (pero sin demonios ni torturas eternas), justamente ubicaban en la cercanía de volcanes activos las entradas al infierno. Las entradas se unían en un camino vigilado por el gigantesco perro Cerbero (el can-cerbero) de 3 o 9 cabezas según la versión.
Quienes deciden a donde va cada alma son 3 reyes sabios (y muy muertos).
Las almas de los héroes que no habían hecho mérito suficiente para ser salvadas o condenadas esperaban una apelación a la corte deambulando por el Campo de Asfodelos una especie de limbo, donde los espíritus comunes se hallaban convertidos en murciélagos Solo una libación de sangre en el mundo de los vivos devolvía a estos desgraciados, provisoriamente, su humanidad (¿más contribuciones vampirescas?).
Además del río mencionado, en el hades, dominio de Hades (que quiere decir invisible) hay más ríos o lagunas, estaba el Cocito (río de los lamentos), el Aqueronte (río de la pena), el Flegeonte (río de fuego), el Lete (del olvido).
Observen: el inframundo era “invisible” (hades), el río del odio separa a los muertos de los vivos, las almas al morir cruzan el río de la pena y en algún momento dejan atrás el río de los lamentos y beben del río del olvido, (pero las almas sabias no, conservan la memoria) ¿recuerdan la mención a la función didáctica de los mitos?.
Dedicado a Apolo estaba el más famoso de los oráculos, el de Delfos. Un oráculo era un lugar de adivinación, normalmente parte de un templo. En Delfos una pitonisa, la pitia, aspiraba “los vapores de la profecía” y vaticinaba en respuesta a la pregunta del peregrino.
La pitia era siempre una virgen vestida de novia ya que era novia de Apolo y se suponía que junto con la virginidad perdía el don de la profecía. Parece que había una vez una pitonisa que estaba buenísima, un consultante se puso como loco y se le abalanzó ahí nomás, a partir de entonces, eligieron pitonisas de más de 50 años, que además debían ser personajes muy especiales para mantenerse virgen a los 50...
Bueno resulta que “los vapores de la profecía” eran una mezcla de gases tóxicos que surgían por grietas en el suelo volcánico y algunos yuyos que quemaban y que incluían incienso, laurel silvestre y hachis. Vos entrabas y encontrabas a la profetiza fumándose un brasero y te decía “Uhh, vieja.. todo bien…¿querés una seca?..”no problem”...que flash…¿tenés una moneda. fierita?”. La profecía era siempre en un lenguaje vago que podía interpretarse de muchas maneras (también, en el estado en que se encontraba la sacerdotisa…), por lo tanto existía una burocracia sacerdotal encargada de interpretar el augurio. Por ej. un rey griego va a enfrentar a los persas y pregunta cómo le va a ir, el oráculo responde “si te enfrentas a Darío un imperio caerá” es obvio que el oráculo no tenía manera de equivocase, el tipo lo interpretó favorablemente y perdió, pero el oráculo acertó (como siempre).
Toda la historia, la mitología y el arte griego están llenos de consultas en Delfos. Uno tiende a creer que era solo una superstición más, sin embargo la actividad del oráculo se extendió por más de1000 años y ningún sistema dura tanto si se equivoca seguido.
Mis personajes favoritos de la mitología son Heracles (Hércules) y Némesis.
A Hércules todos lo conocen por películas, series, miniseries y dibujos animados. El tipo bajó al infierno (de solo verle la pinta Caronte lo llevó y lo trajo de vuelta gratis) habló con unos cuantos amigos muertos, prometió casarse con la hermana de uno, agarró a Cerbero de la cadena y lo sacó a pasear mansito a la superficie. Los trabajos de Heracles son bastante conocidos, pero vale la pena leerlos, si a alguien le interesa no tiene más que pedirlo y le mando por mail el libro de Graves.
Némesis (“la ley debida”) en cambio es bastante misteriosa, para hacerme una idea de lo que representaba tuve que rebuscar entre muchos libros, incluyendo la Enciclopaedia Britannica , la Espasa Calpe y uno de los 5 tomos de una enciclopedia francesa de mitología.
La versión corta que uno encuentra en el diccionario dice “diosa de la venganza”, pero como siempre, cuando uno simplifica demasiado termina hablando de otra cosa.
Cuando los que hoy llamamos griegos llegaron al sur de los Balcanes, Némesis ya estaba allí era una ninfa de los bosques, del fresno, hacía llover y le daba al rey muerto un salvoconducto para llegar al paraíso y por ser anterior a los dioses del Olimpo, no estaba atada a sus designios.
Nieta del Caos, hija del Océano (su padre según algunos fue el Erebo) y de la Noche, noche es Nox en latín, del griego Nyx, “la de las alas negras”, Hesíodo dijo que hasta el propio Zeus sentía por ella un temor reverencial y esta cita se repite en todas las enciclopedias.
Como nacida del océano era en parte Afrodita (ambas fueron la misma diosa de la-muerte-en-vida) y conservaba su belleza. A esta Afrodita, según Robert Graves, se la conoce como “La mayor de las Parcas”, ”La de las tumbas”, “La matadora de hombres”, “La oscura”, Melenis (“La Negra”).
También se la catalogaba como hermana de las Erinias (las Furias, deidades del odio y la venganza), aunque los hermanos de Némesis eran el engaño, el olvido, la muerte, el destino, el dolor, también lo eran los sueños y los ensueños, la fortuna y el aire (entre los que recuerdo).
Se cuenta que un general persa había desembarcado un enorme trozo de mármol que instaló en el bosque sagrado de Némesis en Rammunte, para erigir un monumento a la victoria sobre los griegos, pero los persas perdieron y los griegos utilizaron el mármol para hacer una estatua de la diosa-ninfa que al principio era bastante pacífica, se la representaba con una corona de plata con ciervos, una rueda (se supone que por el ciclo solar como ejemplo de lo inevitable), una rama de manzano (imagino que tendrá que ver con el bosque), pero con un látigo en la cintura, para castigar a quienes correspondía. A partir del asunto de los invasores abandonó definitivamente su papel de ninfa y se transformo, en diosa de la venganza a tiempo completo, pero no de cualquier venganza, sino de la justa retribución. Se encargaba de quienes ofendían y no cumplían sus promesas a los dioses, pero también se ocupaba de que lo que debía hacerse de hiciera bien (el recto deber).
Según un mito, Zeus se enamoró de ella y la persigió, ella mamorfoseaba para escapar, pero la alcanzó convertida en cisne, el también cambió y la poseyó, del huevo que puso la Némesis – cisne nació Helena de Troya (en este cuento es Leda).
Como hermana de Tiké (la suerte, es decir Fortuna para los romanos), tenía la tarea de reparar los desarreglos de esa inconsciente que desparramaba regalos sin ton ni son.
A Némesis se la llama la dispendiadora, en el sentido de repartidora, es la justicia distributiva, que no permitirá que nadie sea totalmente dichoso ni completamente desgraciado, que nos recuerda que no conviene vanagloriarse de la riqueza ni despreciar lo poco que nos guarda la pobreza. Y que cuando la Fortuna (la hermana pelotuda) nos sonríe, es también nuestra obligación agradecer a los dioses y ayudar a los pobres.
Tenía el título de “adrastea” que significa la-que-no-puede-ser-evitada. Adrastea fue nodriza de Zeus, embrión literario de Las Parcas, cuando no una de ellas, a veces se la identifica con Láquesis, la más joven, la inexorable.
Pasó a representársela con alas negras (como su mamá) una espada en una mano y en la otra una regla o un reloj de arena.
(Pueden resultar confusas las de las relaciones familiares, ocurre que los seres mitológicos no son como las mortales, se puede ser varias personas al mismo tiempo sin que te manden al psiquiatra. Las familias cumplen una función ontológica, se puede ser hermano, tío y esposo de la misma diosa, al mismo tiempo si esto sirve para explicar algo. El incesto no existe como pecado sino como sistema para interpretar relaciones éticas entre los atributos, no es casual que Mnemósine sea hermana de Diké, no importa cómo se tenga que armar la familia La Memoria debe ser hermana de La Justicia. El que Afrodita le meta los cuernos a su hermano-esposo Ares no es una noticia para la Flash, es un recurso narrativo con docenas de implicancias sobre el Amor y la Guerra.)
En Roma había una estatua de la belleza de cabellos oscuros como la noche en el Coliseo, junto a la puerta de los gladiadores, donde estos le dejaban ofrendas y se encomendaban a su juicio, (creo que sus estatuas estaban en la palestra de todos los circos).
A esta altura la diosa empuñaba un arco, llevaba un carcaj y montaba un carro tirado por 4 grifos (seres con la parte superior de águila y la inferior de león). Nadie, ni los dioses para los que trabajaba podían escapar a sus flechas.
Lo alucinante de Némesis es que fue creciendo de ninfa del bosque a diosa de la venganza, a guardiana de los juramentos, símbolo de la justicia divina y de la rebelión contra la injusticia, castigo del que elude las leyes humanas, control moral de la suerte de los hombres. Némesis esta aquí para recordarnos que “Lo que se hace, se paga” y se paga en esta vida. Que lo sepan los injustos, los abusadores, los desagradecidos, los que se creen impunes y los soretes en general.
Me parece que a veces a los cristianos nos falta una Némesis en que creer...
Un poco de militaria

No se puede terminar con los griegos sin hacer una mención a la guerra. Grecia no existía como unidad política o geográfica, estaba formada por una serie de ciudades-Estado que celebraban pactos y se unían para enfrentar a un enemigo común o para guerrear entre ellas.
El gran rival fue siempre el Imperio Persa. Los persas y posteriormente los parthos en la época romana fueron buenos guerreros (Persia y Parthia ocupaban el actual Irán).
Las coaliciones griegas siempre se enfrentaron a su gran enemigo en inferioridad numérica, ganaron y perdieron batallas y aunque los persas ocuparan las ciudades griegas de Asia Menor y en una ocasión incendiaran Atenas nunca pudieron tomar el Peloponeso, en cambio Alejandro Magno no solo tomó Persia y se hizo nombrar rey, también se coronó en Egipto. En Asia llegó hasta el norte de la India y si no hubiera muerto a los 33 años, se hubiera dirigido a las galias.
De las ciudades griegas hay una militarmente legendaria: Esparta, en el Sur, en Lacedemonia o Laconia. Todavía hoy se dice lacónico a alguien de pocas palabras y se habla de costumbres espartanas para resaltar lo austero de un modo de vida o lo frugal de una comida. Pero los espartanos eran mucho más que eso, eran fanáticos del entrenamiento, la perfección, la valentía, el honor y el desprecio a todo lo que consideraban debilidad; eran hijos de una sociedad rígida hasta la crueldad, una sociedad demasiado rígida no puede sobrevivir y efectivamente para la época de Cristo Esparta era un recuerdo. Pero antes que eso escribieron unas cuantas páginas gloriosas, la más impresionante es la conocida historia del paso de las Termopilas, este era un desfiladero entre la montaña y el mar. Los persas habían desembarcado más de 100.000 hombres en el norte, mientras los atenienses reunían de apuro lo que tenían, el rey de Esparta, Leonidas, asumió personalmente los compromisos contraídos y marchó con su guardia personal (300 hombres) al encuentro del invasor.
¿300 contra 100.000? dice uno, no solo es un suicidio, es una locura, pero esto merece algunas explicaciones.
Había un motivo político: era una época de fiesta religiosa y el equivalente al congreso lacedemonio no podía movilizar tropas en feriado religioso. El prestigio de los espartanos era tan grande que el solo conocimiento de iban a participar de la campaña llevaría a otras ciudades a apoyar la coalición, así Tebas mandó enseguida 400 hombres y otra ciudad que no recuerdo 700.
El otro factor era el carácter espartano cuando un soldado marchaba a la guerra el familiar femenino más cercano le decía “Con tu escudo o sobre tu escudo” esto hacía referencia a que un soldado que se rendía entregaba las armas, uno que huía las dejaba caer y uno que moría era traído acostado sobre el escudo. La frase equivalía entonces a “volvé vencedor o finado”, al partir, el guerrero se consideraba muerto y su mujer se vestía de luto hasta que volvía. En el ánimo del combatiente, esto funcionaba así. Ya estoy muerto, por lo tanto no pueden matarme, solo me queda ser valiente para ir a los Campos Elíseos, en lenguaje barrabrava un troyano diría “vengan p____ que me los llevo conmigo” Lo que pasaba es que casi siempre ganaban, pero una misión suicida les aseguraba la eternidad. Así que Leonidas arregló sus asuntos, hizo el testamento y marcho a cumplir la promesa que había hecho a los atenienses.
Como dije el desfiladero era muy estrecho, así que no importaba que fueran cien mil o un millón, solo unos pocos podían enfrentarse cada vez. Así que los griegos siendo los pocos que eran podían darse el lujo de tener una unidad combatiendo, una en reserva y una tercera parte descansando, mientras los persas mandaron su infantería liviana a chocar contra una pared. Los espartanos eran hoplitas que, como lo sabe cualquiera que haya jugado al Age of Empires, era infantería pesada, es decir con coraza, escudo, protecciones en piernas y brazos, casco, lanza larga y en la cintura espada corta (no estoy seguro de si, además, no llevaban una daga). La infantería ligera persa no tenía más protección que un escudo de mimbre y una espada. El primer día fue una masacre y los arqueros no resultaban muy útiles ante una tropa disciplinada que sabia como defenderse. Me parece que fue Pausanias quien contó la siguiente anécdota, un auxiliar griego le comentó (asustado) a un espartano que los persas eran tantos que si todos lanzaban sus flechas al mismo tiempo taparían al sol, el lacedemonio contestó “mejor, así combatiremos a la sombra” (auque he leído por allí la amenaza puesta en boca de un emisario persa). No importa si la historia es verdad, deja claro el modo en que los demás griegos (y los enemigos) veían a los espartanos.
Al segundo día el rey Jerjes lanzó a su tropa de elite “Los 10.000 inmortales”, bien armados y entrenados, causaron daño, pero fueron rechazados. Creo que fue al anochecer del 3ª día, cuando e Jerjes le salía humo de las orejas, que se presentó un traidor que le vendió a los persas el conocimiento de un camino a través de las montañas que desembocaba a espaldas de los griegos. Enterados de que venían, los griegos mandaron a los auxiliares a demorar lo inevitable y les dieron a los no espartanos la posibilidad de retirarse, la mayoría eligió quedarse.
Por supuesto los mataron a todos, esto es Historia no hay lugar para finales felices ni milagros, o tal vez, el milagro sea que un puñado de valientes, dispuestos a morir y bien preparados aguantaron 3 o 4 días peleando en desventaja de 100 a 1.
Jerjes debe haber cortado la cabeza de Leonidas, de acuerdo a las costumbres de la época, para usarla como trofeo y entrar luego a una Atenas vacía. El tiempo ganado permitió a los atenienses no solo evacuar la ciudad, sino mover la flota y aplastar a los persas en Salamina. Luego el ejército bajo dirección espartana derrotó a Jerjes en Platea.
Ah, los persas perdieron 20000 hombres en Termópilas
Quien tenga la suerte de ir a Grecia encontrará allí un monumento a los 300 espartanos.
El padre de Jerjes, Darío había invadido Grecia unos 10 años antes siendo derrotado en Maratón. Nos han contado hasta el cansancio que el soldado Philipides corrió hasta Atenas 42,125 Km. para llevar la noticia del triunfo y avisar que venía la flota persa, muriendo luego por el esfuerzo.
Poco de esto parece ser cierto, la distancia de Maratón hasta el Partenón es de 48 Km. las 26 millas del maratón actual es la distancia entre los dos puntos de Londres donde se disputo la carrera de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1890. Los griegos actuales, ni lerdos ni perezosos, cambiaron lo que tenían que cambiar en los juegos del 2004 para que la distancia coincida con la reglamentaria.
Ninguna fuente original menciona la muerte de Philipides, la que, por otra parte hubiera sido muy extraña, ya que el muchacho no era un infante común y corriente, sino un correo del ejército, bien descansado, bien alimentado y muy bien entrenado, lo más parecido a un atleta profesional que podía encontrarse en aquella época ( y que competían en los juegos). Hay un dato que podría dar credibilidad al agotamiento y es que el mensajero venía de correr 140 Km. en 3 días (de Atenas a Esparta, de Esparta a Maratón y de Maratón a Atenas), pero, como ya dije no se menciona el óbito de Felipillo.
Allá por 300 y pico AC Atenas estaba en decadencia y el liderazgo del mundo griego lo ejercía Macedonia, en el Norte, desde que el rey Filipo II había unificado la península bajo su capacidad, su diplomacia y sus falanges de hoplitas. Su hijo Alejandro hereda esta situación… pero no nos vamos a poner a contar la historia de Alejandro Magno, porque para eso están los 3 tomos de Valerio Massimo Manfredi o de Mary Renaud (les recomiendo de ella, Juegos Funerarios, que cuenta lo que pasó con el imperio después de la muerte de Alejandro). Solo contaré una anécdota: los griegos habían desembarcado en Asia Menor y se dirigían al Sinaí, pasando por Medio Oriente para llegar a Egipto bordeando la costa del Mediterráneo. En Fenicia estaba el puerto de Tiro, los fenicios despreciaban a los invasores europeos y estaban siempre dispuestos a hacer negocio con los persas. Pero Tiro era una isla a 150 m. de la costa, Alejandro no tenía barcos, las armas de asedio no servían a esa distancia y los tirios le hacían burla desde la muralla. Ud. es Alejandro y no puede dejar un baluarte hostil a retaguardia amenazando sus líneas de abastecimiento ¿cómo lo hubiera solucionado?.
¿sabe lo que hizo Alejandro?
Mandó a rellenar el mar, hizo construir un par de terraplenes, le puso sitio a la ciudad y cuando la tomó ordenó pasar a cuchillo a todos los habitantes. Esta crueldad era rara en Alejandro y bastante común en la historia argentina (ver como se reprimieron las insurrecciones desde el fusilamiento de Dorrego en adelante). El joven rey usó la sangre fenicia para poner el ejemplo y de ahí en adelante muy pocas ciudades ofrecieron resistencia.
Hoy Tiro es una península en la costa del Líbano.
Al final de esta modesta reseña, uno puede pensar: bueno, pero no nos queda nada de aquellos lejanos griegos en esta sociedad moderna, a ver... las ciencias están llenas de términos griegos, el idioma castellano recoge miles de vocablos, allí están todos los que empiezan con poli, meta, filo, aer, agro, acro, ana, andro, antropo, anti, filo, bio, cata, ciclo, dia, en, epi, geo, hemi, hipo, iso, pro, zoo; los que terminan con algia, ismo, ista, cracia, isis, itis, terio, grafía, etc, etc, etc.
Allí están los planetas y los días de la semana llegando a través del filtro romano.
Un hermafrodita es una persona con órganos sexuales externos femeninos y masculinos, como el hijo de Hermes y Afrodita.
Los Juegos olímpicos son muy obvios, pero miren los clubes como Atenas de Córdoba, Olimpo de Bahía Blanca, Olimpia de Asunción, Olimpique de Marsella,l de Lyon, Ajax de Ámsterdam, Hércules de Alicante, Atalanta, Atlanta, Spartak de Moscú, más todos los que se me escapan; además de las marcas Olimpo, Olimpus, Olimpikus, etc.
Por supuesto es normal que una librería se llame Ateneo o Tesis, que una base de datos se llame Nosis (de Gnosis, conocimiento), que un liceo sea una escuela, que una biblioteca virtual se titule de Alejandría o que un atlas sea una colección de mapas toda vez que Atlas sostenía al mundo, más raro es que a un club le fútbol de digan academia, por lo menos a Platón (su fundador) le resultaría confuso (o sería hincha de Racing y pararía en el bar de Callao y Corrientes, LA Academia, claro).
¿Y porque ponerle Bahco a una herramienta si el chabón era dios del vino?. En cambio vulcanizar el caucho es coherente, toda vez que Vulcano era dios de la fragua y origen de la palabra volcán.
Eros y Venus hubieran estado contentos de haya albergues transitorios con sus nombres. Aunque Venus, como buena mujer, también tiene una tienda.
Las misiones a la luna eran Apolo y el cohete Saturno.
No solo son griegos los nombres como Demetrio, Aquiles o Arístides, también hay otros populares como Irene (la paz), Sofía (sabiduría) o Alejandro (protector de los hombres)
Hay dibujos animados con nombres griegos, además de unos de Hércules, muy malos de la década del 60 y la floja película de Disney, está Melquíades el león cobarde que dice “huyamos hacia la derecha”, Demóstenes el amigo tarta de Don Gato, Hermes el jamaiquino de Futurama, en Caballeros del Zodíaco aparecían Atenea y Andrómeda y, por supuesto, el Homero más famoso (ya nadie se acuerda del poeta ciego que cantó la Guerra de Troya y las aventuras de Ulises).
Se venden en la calle “cuernos de la abundancia” para el llavero, sin que a nadie sepa, ni le importe que la cornucopia fuera un regalo de Zeus a su nodriza Adrastea.
Tampoco saben los de la pizzería Sol di Napoli que Napoli o Nápoles (en español) viene de Nea Polis, Ciudad Nueva, tal como la bautizaron sus fundadores, unos griegos poco imaginativos.
A los buenos jinetes se les elogia nominándolos como centauros o amazonas y las aguavivas son medusas (como la gorgona que mató Perseo).
Los alegres sátiros que acompañaban a Dionisos se transformaron en oscuros depravados, aunque la Parca es La Parca.
Pero no hay que olvidarse que Cristo (Xristos) es un nombre griego que significa ungido y reemplaza al hebreo Mesías.
Aquí está la República subida a su pequeño obelisco en Plaza de Mayo, vestida de griega con escudo, lanza y gorro frigio, el gorro se repite en el escudo, donde también aparecen los laureles igual que en el himno. (Frigia en realidad era una vecina oriental de Grecia, pero el gorro aparece en occidente por el arte griego, en época romana lo usaban los esclavos libertos y en la Revolución Francesa pasó a simbolizar la libertad)
Los parisinos están muy orgullosos de sus campos elíseos (Av. des Champs-Élysées).
Los que vivimos en Buenos Aires tenemos las facultades de ingeniería, ciencias económicas y derecho como grandes templos griegos al igual que la mismísima catedral, pero en todo el país está el logo y los frentes del Banco Nación.
Hablando de logotipos ¿cuál es el de Good Year? La sandalia alada de hermes, el casco alado del mismo dios estaba registrado por una compañía de seguros, aunque lo usa la Cámara de Comercio.
Lostaló usa la imagen de Temis-Diké diosa de la justicia y otro laboratorio el búho de Atenea.
Hay implementos para boxeo y un gimnasio Spartan con aparatos Titán y camperas Icarus.
Friné le ha dado nombre a un instituto de estética corporal, tratamientos de belleza, etc. (bien! por los dueños)
La fuente que realizó Lola Mora es la fuente de las nereidas, como la marca de sardinas, como las deidades marinas hijas de Nereo que asisten a Poseidón que, al igual que Neptuno nombran armas submarinas. .
Las alarmas sonoras son sirenas en recuerdo de las voces estridentes que enloquecían a los hombres, emitidas por aquellos seres mitad pez, mitad mujer hermosa que encontró Odiseo de regreso a casa, donde lo esperaba Penélope tejiendo y destejiendo mientras escuchaba a Serrat y Diego Torres.
Las ambulancias llevan grabada una vara con dos serpientes enrolladas y alas, es el caduceo de Hermes o bastón de Asclepios, dios de la medicina.
Los médicos al recibirse adoptan el juramento hipocrático, Hipócrates fue el medico griego que estableció las bases éticas de su profesión. Aunque algunos más que hipocráticos son hipócritas, que también es griego.
La Marcha de San Lorenzo comienza diciendo Febo asoma…
Los virus que entran a la PC escondidos son troyanos y “caballo de Troya” o “presente griego”, son metáforas comunes (metáfora es, por supuesto una palabra tan griega como ”idea” o “crisis”). Claro que todo tiene su “talón de Aquiles”.
Uno puede ir al cine (ponuncie kine, en alemán es kino) = movimiento o al “teatro” cuya “etimología” nos dice que viene de theatron (lugar para ver), justamente para ver “Las Troyanas”, “Medea” o “Electra” y comprar dos “plateas”.
Una última relación, extraña, con las zapatillas “naik” o “naiki”, los gringos que fundaron la compañía se deben estar matando de risa, porque ellos la tenían clara, Nike (pronuncie niqué) significa “victoria” en griego y Nike era la diosa alada del triunfo, la imagen eternizada en la monumental Victoria de Samotracia y el logo de la empresa (al que llaman pipa o bananita) es la versión estilizada de un ala.
Y… parece que algunas cosas han perdurado, por suerte no han llegado hasta nosotros algunas supersticiones, como consultar a un adivino para conocer el futuro ¿no?.