Creemos saber, más o menos, de qué trataba la cosa, lo hemos visto en
infinidad de series, películas, libros de texto y novelas: románticos “maquis”
lanzados al bosque a luchar (y triunfar) contra los maléficos opresores. Pero
¿cuánto de verdad hay en esta imagen?, veremos…
“La Resistencia” como título y concepto es la creación de un grupo de
intelectuales parisinos sin relación ninguna con la lucha armada.
Lamentablemente esos librepensadores fueron rápidamente detenidos y terminaron
sus días en un campo de concentración
La protesta contra los invasores (y lo que significaban) comenzó con una
marcha de estudiantes secundarios y universitarios brutalmente reprimida,
algunos muertos y muchos presos deportados a "campos de trabajo”, una
huelga minera tuvo similar final (aunque obedecía a motivos gremiales).
Los partidos políticos no reaccionaban, los derechistas (siempre numerosos
en Francia) miraban a los nazis con diferente agrado, buena parte de ese
colectivo pasó “motu proprio” a
trabajar con ellos y para ellos; algunos colaboracionistas de derecha esgrimieron
luego que lo habían hecho “para evitar males mayores“, los comunistas no
reaccionaron hasta que Alemania atacó a la Unión Soviética, el 22 de junio de
1941, pues hasta entonces se sentían obligados por el pacto Molotov –
Ribbentrop a ser “orgánicos” con el Comité Central del PC en Moscú. Los demás
partidos brillaron por su ausencia, aunque los socialistas hayan tratado de
apuntarse (marginalmente) a los éxitos de la posterior guerrilla comunista.
Hasta ese momento los actos de resistencia obedecían a arranques
individuales, anárquicos e inefectivos.
Concretada la Operación Barbarroja (invasión alemana de la URSS) los
comunistas comenzaron a nuclearse en células independientes y desconectadas
cuya eficacia fue creciendo con la experiencia y la organización, es que,
acostumbrados a actuar desde la proscripción, contaban con eficientes redes
clandestinas.
En la oposición francesa a la ocupación podrían identificarse dos
vertientes, por un lado, los ya mencionados maquis comunistas y por otro los
“gaullistas”. El General Charles de Gaulle refugiado en Londres organizó las
fuerzas de la “Francia Libre” que reunía a los soldados salvados de la
blitzkrieg o procedentes de las colonias y a cualquier francés que llegara a
territorio insular.
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IVONNE CORMEAU (agente del Ejecutivo de Operaciones Especiales) |
¿De cuánta gente estamos hablando? Según estimaciones recientes la cantidad
de resistentes ascendía al 10% de la población adulta, pero esta cifra incluye
a quienes escribían, publicaban, distribuían y leían periódicos clandestinos; a
quienes retrasaban cualquier tarea que sirviera a los invasores desde talleres,
medios de transporte, consultorios y oficinas; a quienes formaban parte,
directa o indirectamente de las redes de evasión; a quienes proveían y almacenaban
alimentos, medicinas, municiones, etc. Se calcula que el número de combatientes
se aproximaba al 1% de los resistentes.
Para pasarlo en limpio; de cada 1000
habitantes, 1 combatía y/o espiaba, 99 apoyaban (aunque sea teóricamente) y 900
colaboraban con los alemanes, se hacían los giles, tenían demasiado miedo o
trataban de vivir como “antes” encerrados en un confortable egoísmo, negando la
realidad “en defensa propia”.
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