martes, 31 de julio de 2018

¡VIVE LA RESISTANCE! (2/3)


Creemos saber, más o menos, de qué trataba la cosa, lo hemos visto en infinidad de series, películas, libros de texto y novelas: románticos “maquis” lanzados al bosque a luchar (y triunfar) contra los maléficos opresores. Pero ¿cuánto de verdad hay en esta imagen?, veremos…

“La Resistencia” como título y concepto es la creación de un grupo de intelectuales parisinos sin relación ninguna con la lucha armada. Lamentablemente esos librepensadores fueron rápidamente detenidos y terminaron sus días en un campo de concentración

La protesta contra los invasores (y lo que significaban) comenzó con una marcha de estudiantes secundarios y universitarios brutalmente reprimida, algunos muertos y muchos presos deportados a "campos de trabajo”, una huelga minera tuvo similar final (aunque obedecía a motivos gremiales).

Los partidos políticos no reaccionaban, los derechistas (siempre numerosos en Francia) miraban a los nazis con diferente agrado, buena parte de ese colectivo pasó “motu proprio” a trabajar con ellos y para ellos; algunos colaboracionistas de derecha esgrimieron luego que lo habían hecho “para evitar males mayores“, los comunistas no reaccionaron hasta que Alemania atacó a la Unión Soviética, el 22 de junio de 1941, pues hasta entonces se sentían obligados por el pacto Molotov – Ribbentrop a ser “orgánicos” con el Comité Central del PC en Moscú. Los demás partidos brillaron por su ausencia, aunque los socialistas hayan tratado de apuntarse (marginalmente) a los éxitos de la posterior guerrilla comunista.

Hasta ese momento los actos de resistencia obedecían a arranques individuales, anárquicos e inefectivos.

Concretada la Operación Barbarroja (invasión alemana de la URSS) los comunistas comenzaron a nuclearse en células independientes y desconectadas cuya eficacia fue creciendo con la experiencia y la organización, es que, acostumbrados a actuar desde la proscripción, contaban con eficientes redes clandestinas.

En la oposición francesa a la ocupación podrían identificarse dos vertientes, por un lado, los ya mencionados maquis comunistas y por otro los “gaullistas”. El General Charles de Gaulle refugiado en Londres organizó las fuerzas de la “Francia Libre” que reunía a los soldados salvados de la blitzkrieg o procedentes de las colonias y a cualquier francés que llegara a territorio insular. 

IVONNE CORMEAU (agente del Ejecutivo de Operaciones Especiales)
Trabajando en conjunto con el Servicio de Operaciones Especiales británico (antes llamado de Operaciones “Ejecutivas”), entrenó e infiltró agentes en la Francia ocupada para organizar operaciones de inteligencia, incluyendo sabotaje y, principalmente, recopilación de información sobre el enemigo.

¿De cuánta gente estamos hablando? Según estimaciones recientes la cantidad de resistentes ascendía al 10% de la población adulta, pero esta cifra incluye a quienes escribían, publicaban, distribuían y leían periódicos clandestinos; a quienes retrasaban cualquier tarea que sirviera a los invasores desde talleres, medios de transporte, consultorios y oficinas; a quienes formaban parte, directa o indirectamente de las redes de evasión; a quienes proveían y almacenaban alimentos, medicinas, municiones, etc. Se calcula que el número de combatientes se aproximaba al 1% de los resistentes. 

Para pasarlo en limpio; de cada 1000 habitantes, 1 combatía y/o espiaba, 99 apoyaban (aunque sea teóricamente) y 900 colaboraban con los alemanes, se hacían los giles, tenían demasiado miedo o trataban de vivir como “antes” encerrados en un confortable egoísmo, negando la realidad “en defensa propia”.

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