viernes, 21 de marzo de 2014

Hedy Lamarr, el genio y la belleza

Les presento a Hedy Lamarr: vampiresa de Hollywood, primera en fingir un orgasmo ante cámaras, una chica que no dudaba en usar a los tipos tanto como ellos intentaran acostarse con ella (y la ayudaran en su
carrera).Pero como toda superheroína, Hedy tenía una identidad secreta, era la Ingeniera austríaca Hedwig Eva Maria Kiesler, una chica que entró a la universidad a los 16, hablaba y escribía en 4 idiomas y era un genio en electrónica. Ella invento un aparato que sería algo como un alternador de saltos de frecuencia de radio, que permitió a los aliados teledirigir aparatos, la evolución de su invento logra que en tu casa no se mezclen las indicaciones de los controles remotos y que usemos teléfonos e internet inalámbrico. Firmó la patente como H. Kiesler y donó los beneficios.


Hedwig Eva María Kiesler nació el 9 de noviembre de 1914 en Viena (por entonces Imperio Austrohúngaro), hija de una concertista de piano de Budapest y un banquero nacido en Ucrania.
Desde muy chica demostró ser curiosa e inteligente, a los 4 años le desarmó el reloj de oro al viejo para ver cómo funcionaba.
Estudió en prestigiosos internados de Austria y Suiza (donde demostró condiciones de superdotada) aprendió inglés, francés e italiano, arte, ballet y quien sabe qué más. A los 16 años entró en el Instituto Politécnico de Viena, en la misma época que algunos notables ingenieros del tercer Reich. Dada su pasión y sus condiciones naturales para el teatro los padres no se opusieron a que abandonara los estudios de grado y se centrara en el arte dramático.

A los 19 un director checo (cuyo único mérito en la historia del cine será este) le ofrece protagonizar una película, Ektase (Extasis) Hedy aparecerá desnuda pero en un contexto cuidado y en planos distantes (le promete). En la práctica la película es una exhibición con obvias alusiones sexuales donde la protagonista aparece desnuda durante 10 minutos, de cerca, de lejos, de perfil y de atrás. Hedy incluso finge un orgasmo, la toma (de 1 segundo) se logra pinchando
sorpresivamente el culo de la actriz.
El escándalo subsecuente  trajo derivaciones horribles para nuestra heroína, la casan “de prepo” con un hombre mucho mayor, un tiránico y poderoso filonazi  fabricante de armas  Friedrich 'Fritz' Mandl, el tipo era un psicópata controlador, lleno de celos enfermizos. Hedy debía acompañarlo en todos sus viajes, tenía prohibido desnudarse, ni para bañarse, si él no estaba presente; bajo ninguna circunstancia podía ir sola a ninguna parte, para acompañarla Fritz contrató a una secretaria / asistente personal (“guardabosques / buchona” en argentino). Hedwig Eva María se había transformado en un trofeo, que asistía, callada y firme como perro de yeso,  a todas las reuniones de negocio del tipo; allí debe haber pensado una de sus frases famosas  “cualquier chica puede tener glamour, basta con quedarse quieta y poner cara de estúpida”.
Pero Hedy no desesperó, ni perdió tiempo, terminó su carrera de ingeniería en telecomunicaciones, tomo nota mental de todo lo que oyó en las reuniones, se hizo amante de su carcelera y cuando tuvo oportunidad, la drogó y escapó por una ventana. Fue primero a Italia, luego a Francia y desde allí a Inglaterra donde embarcó para los EEUU. Lo que son las casualidades (o no), en el barco conoció a Louis B. Mayer  (el de la Metro Goldwin…) y nació “una tierna amistad”. Aunque llegó como protegida del magnate, en Hollywood le tomaron algunas pruebas de aptitud que aprobó sin problemas para convertirse en una diva de la “pantalla de plata”.
Hedy Kiesler se transformó en Hedy Lamarr adaptando su nombre artístico de Barbara La Marr, una actriz del cine mudo muerta de sobredosis.
La carrera cinematográfica está publicada en cientos de páginas especializadas, así que seguiremos con  su otra personalidad, “La escalera al éxito en Hollywood suele ser: agente de prensa, actor de reparto, director, productor, actor principal, si se acuesta con cada uno de ellos en ese orden, usted será una estrella. Crudo, pero cierto.” Dijo.

A fines de 1941 Estados Unidos declaró la guerra. Hedy estaba muy agradecida a su país adoptivo y sabía lo que pasaba en Europa (aunque no fuera practicante, su familia era de origen judío) así que decidió colaborar con la inteligencia aliada contando todo lo que sabía sobre los chanchullos del ex marido, lo que hoy llamaríamos la ruta del dinero.
En 1940 o 1941 había conocido a un músico de talentos tan diversos como los de ella misma, George Antheil, por esa época las fuerzas armadas trabajaban en la idea de armas dirigidas a distancia, pero no
avanzaban porque una señal de radio constante podía ser interferida por el enemigo. Hedy y George trabajaron en eso, idearon un sistema que variaba las frecuencias aparentemente al azar, pero de manera sincronizada entre el emisor y el receptor de manera que no pudiera ser interferida. Se inspiraron en los tubos perforados de las pianolas; en agosto del 42 patentaron el invento donando los derechos. Pero… los cráneos del gobierno  no los tomaron en serio y los del Consejo Nacional de Inventores le sugirieron que usara su glamour para vender bonos de guerra, vendió 25 millones de dólares (como dijo el filósofo contemporáneo Hector Veira “los boludos son como las hormigas, están en todos lados”)

La Sra. Lamarr continuaba su exitosa carrera, aun cuando había rechazado algunos papeles notables  (el de Ingrid Bergman en Casablanca, por ej.) entre casamientos, filmaciones y reportajes, se daba tiempo para demostrar sus agudas observaciones sobre la industria y la sociedad diciendo cosas como: Creo que las mujeres se preocupan demasiado por su ropa. A los hombres no les importa mucho el vestuario. Si les gusta una chica, lo más probable es que les guste también su ropa.”
En 1958 Hedy filma su última película. En 1959 la empresa Sylvania retomó el invento de 1942 y lo llevó al siguiente nivel, la transistorización. La evolución de este proyecto permite que los controles remotos de tu casa no mezclen las  instrucciones y apaguen el aire cuando quieras subir el volumen, pero más importante : ha permitido que tengamos teléfonos inalámbricos, celulares y conexiones wifi .  Si Hedy hubiera reservado sus derechos, habría sido más rica que Bill Gates.
En 1997 comenzaron en EEUU una serie de reconocimientos a su contribución como inventora, se limitó a comentar “están fuera de tiempo” en 1998 y 1999 fue homenajeada en su Viena natal.
Falleció en 2000.
Tuvo 3 hijos y sus 6 matrimonios no le dejaron un buen sabor:   "Tengo que dejar de casarme con hombres que se sientan inferiores a mí. En algún lugar debe haber un hombre que pueda casarse conmigo sin sentirse inferior. Necesito un hombre inferior superior"
Cuando se instituyó el Día del Inventor, se hizo recordando el nacimiento de Hedy Lamarr.

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