Les presento a Hedy Lamarr: vampiresa de
Hollywood, primera en fingir un orgasmo ante cámaras, una chica que no
dudaba en usar a los tipos tanto como ellos intentaran acostarse con
ella (y la ayudaran en su
carrera).Pero como toda superheroína, Hedy tenía una identidad secreta, era la Ingeniera austríaca Hedwig Eva Maria Kiesler, una chica que entró a la universidad a los 16, hablaba y escribía en 4 idiomas y era un genio en electrónica. Ella invento un aparato que sería algo como un alternador de saltos de frecuencia de radio, que permitió a los aliados teledirigir aparatos, la evolución de su invento logra que en tu casa no se mezclen las indicaciones de los controles remotos y que usemos teléfonos e internet inalámbrico. Firmó la patente como H. Kiesler y donó los beneficios.
Hedwig Eva María Kiesler nació el 9 de noviembre de 1914 en
Viena (por entonces Imperio Austrohúngaro), hija de una concertista de piano de
Budapest y un banquero nacido en Ucrania.
Desde muy chica demostró ser curiosa e inteligente, a los 4
años le desarmó el reloj de oro al viejo para ver cómo funcionaba.
carrera).Pero como toda superheroína, Hedy tenía una identidad secreta, era la Ingeniera austríaca Hedwig Eva Maria Kiesler, una chica que entró a la universidad a los 16, hablaba y escribía en 4 idiomas y era un genio en electrónica. Ella invento un aparato que sería algo como un alternador de saltos de frecuencia de radio, que permitió a los aliados teledirigir aparatos, la evolución de su invento logra que en tu casa no se mezclen las indicaciones de los controles remotos y que usemos teléfonos e internet inalámbrico. Firmó la patente como H. Kiesler y donó los beneficios.

Estudió en prestigiosos internados de Austria y Suiza (donde
demostró condiciones de superdotada) aprendió inglés, francés e italiano, arte,
ballet y quien sabe qué más. A los 16 años entró en el Instituto Politécnico de
Viena, en la misma época que algunos notables ingenieros del tercer Reich. Dada
su pasión y sus condiciones naturales para el teatro los padres no se opusieron
a que abandonara los estudios de grado y se centrara en el arte dramático.
A los 19 un director checo (cuyo único mérito en la historia
del cine será este) le ofrece protagonizar una película, Ektase (Extasis) Hedy aparecerá desnuda pero en un contexto cuidado
y en planos distantes (le promete). En la práctica la película es una
exhibición con obvias alusiones sexuales donde la protagonista aparece desnuda
durante 10 minutos, de cerca, de lejos, de perfil y de atrás. Hedy incluso
finge un orgasmo, la toma (de 1 segundo) se logra pinchando
sorpresivamente el
culo de la actriz.
El escándalo subsecuente
trajo derivaciones horribles para nuestra heroína, la casan “de prepo”
con un hombre mucho mayor, un tiránico y poderoso filonazi fabricante de armas Friedrich 'Fritz' Mandl, el tipo era un
psicópata controlador, lleno de celos enfermizos. Hedy debía acompañarlo en
todos sus viajes, tenía prohibido desnudarse, ni para bañarse, si él no estaba
presente; bajo ninguna circunstancia podía ir sola a ninguna parte, para acompañarla
Fritz contrató a una secretaria / asistente personal (“guardabosques / buchona”
en argentino). Hedwig Eva María se había transformado en un trofeo, que
asistía, callada y firme como perro de yeso,
a todas las reuniones de negocio del tipo; allí debe haber pensado una de
sus frases famosas “cualquier chica puede tener
glamour, basta con quedarse quieta y poner cara de estúpida”.
Pero Hedy no desesperó, ni perdió tiempo, terminó su carrera
de ingeniería en telecomunicaciones, tomo nota mental de todo lo que oyó en las
reuniones, se hizo amante de su carcelera y cuando tuvo oportunidad, la drogó y
escapó por una ventana. Fue primero a Italia, luego a Francia y desde allí a Inglaterra
donde embarcó para los EEUU. Lo que son las casualidades (o no), en el barco
conoció a Louis B. Mayer (el de la Metro
Goldwin…) y nació “una tierna amistad”. Aunque llegó como protegida del magnate,
en Hollywood le tomaron algunas pruebas de aptitud que aprobó sin problemas
para convertirse en una diva de la “pantalla de plata”.
Hedy Kiesler
se transformó en Hedy Lamarr adaptando su nombre artístico de Barbara La Marr,
una actriz del cine mudo muerta de sobredosis.
La carrera
cinematográfica está publicada en cientos de páginas especializadas, así que
seguiremos con su otra personalidad, “La
escalera al éxito en Hollywood suele ser: agente de prensa, actor de reparto,
director, productor, actor principal, si se acuesta con cada uno de ellos en
ese orden, usted será una estrella. Crudo, pero cierto.” Dijo.
A fines de
1941 Estados Unidos declaró la guerra. Hedy estaba muy agradecida a su país
adoptivo y sabía lo que pasaba en Europa (aunque no fuera practicante, su
familia era de origen judío) así que decidió colaborar con la inteligencia aliada
contando todo lo que sabía sobre los chanchullos del ex marido, lo que hoy
llamaríamos la ruta del dinero.
En 1940 o
1941 había conocido a un músico de talentos tan diversos como los de ella
misma, George Antheil, por esa época las fuerzas armadas trabajaban en la idea
de armas dirigidas a distancia, pero no
avanzaban porque una señal de radio
constante podía ser interferida por el enemigo. Hedy y George trabajaron en
eso, idearon un sistema que variaba las frecuencias aparentemente al azar, pero
de manera sincronizada entre el emisor y el receptor de manera que no pudiera
ser interferida. Se inspiraron en los tubos perforados de las pianolas; en
agosto del 42 patentaron el invento donando los derechos. Pero… los cráneos del
gobierno no los tomaron en serio y los
del Consejo Nacional de Inventores le sugirieron que usara su glamour para
vender bonos de guerra, vendió 25 millones de dólares (como dijo el filósofo
contemporáneo Hector Veira “los boludos
son como las hormigas, están en todos lados”)
La Sra. Lamarr continuaba su exitosa carrera, aun cuando había
rechazado algunos papeles notables (el
de Ingrid Bergman en Casablanca, por ej.) entre casamientos, filmaciones y
reportajes, se daba tiempo para demostrar sus agudas observaciones sobre la
industria y la sociedad diciendo cosas como: “Creo
que las mujeres se preocupan demasiado por su ropa. A los hombres no les
importa mucho el vestuario. Si les gusta una chica, lo más probable es que les
guste también su ropa.”
En 1958 Hedy
filma su última película. En 1959 la empresa Sylvania retomó el invento de 1942
y lo llevó al siguiente nivel, la transistorización. La evolución de este
proyecto permite que los controles remotos de tu casa no mezclen las instrucciones y apaguen el aire cuando quieras
subir el volumen, pero más importante : ha permitido que tengamos teléfonos
inalámbricos, celulares y conexiones wifi . Si Hedy hubiera reservado sus derechos, habría
sido más rica que Bill Gates.
En 1997
comenzaron en EEUU una serie de reconocimientos a su contribución como
inventora, se limitó a comentar “están fuera de tiempo” en 1998 y 1999 fue
homenajeada en su Viena natal.
Falleció en
2000.
Tuvo 3 hijos y sus 6 matrimonios no le dejaron un buen sabor: "Tengo
que dejar de casarme con hombres que se sientan inferiores a mí. En algún lugar
debe haber un hombre que pueda casarse conmigo sin sentirse inferior. Necesito
un hombre inferior superior"
Cuando se
instituyó el Día del Inventor, se hizo recordando el nacimiento de Hedy Lamarr.
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